martes, agosto 19, 2014

¡Ben Affleck! ¡Sí!

Este artículo fue publicado en el número 66 (octubre 2013) de la revista Scifiworld.
Ignoro si es delito acompañar el primer café del día con un generoso plato de pasta, deliciosa combinación que, sin el menor asomo de culpabilidad por mi parte, está deslizándose hacia mi estómago mientras repaso la absurda rumorología desencadenada en torno a ese ambicioso proyecto que, desde su inesperado anuncio durante la pasada edición de la Comic-Con, ha estado inflamando el entusiasmo sin límites del respetable. Cómo no, estoy refiriéndome a la inevitable secuela de Man of Steel (Zack Snyder, 2013), perfecto punto de encuentro para que Superman y Batman se conozcan, intercambien impresiones y compartan un clímax adornado con interminables daños colaterales. Además de asegurarse un taquillazo superior al obtenido con el título protagonizado por Henry Cavill, saben en Warner que este crossover es el primer paso para comenzar a acariciar toda una serie de futuras franquicias de éxito. En otras palabras. los responsables de esa casa, siempre con un ojo puesto en el modelo de la Marvel cinematográfica, no están dispuestos a perder la oportunidad de explotar un negocio que, bien dirigido, puede proporcionar unos incalculables beneficios económicos.
La pregunta ahora no es si el próximo blockbuster con zooms enloquecidos de Zack Snyder se inspirará más o menos en una u otra obra maestra del arte secuencial, sino si el wonder boy Ben Affleck dará la talla como traumatizado vigilante de Gotham City, asunto que algunos han puesto en tela de juicio con desmedida premura. Admito que el anuncio oficial de su polémico fichaje no logró despertar una miserable brizna de interés en mis entrañas cinéfilas, pero seamos razonables: que el laureado director y protagonista de Argo (2012) esté ahí haciendo lo imposible por ganar músculo no es lo peor que podría pasarle a un icono que, por si alguien lo ha olvidado, ha sobrevivido a atentados como los perpetrados por Joel Shumacher o el piloto automático de George Clooney; tampoco debería ser un drama insalvable para esa facción más intolerable del fandom, en exceso ociosa, al parecer, e incapaz de comprender, a estas alturas, que su opinión tiene para Hollywood menos valor que un supervillano de tercera abandonado a su suerte en el rincón más desolado de la mítica Zona Fantasma.
Por último, el RocknRolla Mark Strong y Bryan Cranston han sonado con fuerza como favoritos para resucitar en la pantalla al díscolo Lex Luthor, la mayor mente criminal de nuestro tiempo. Nada que decir en contra de este par de profesionales que han demostrado su valía artística en tantas ocasiones, aunque sospecho que, a pesar del innegable talento que atesoran, dejarían al célebre archienemigo del nativo de Krypton bastante lejos del brillo cegador que podría alcanzar si pasase por las manos expertas de alguien como Nicolas Cage, ese genio que siempre nos sorprende con su magia única. Y por favor, que nadie dispare todavía: Strong y Cranston pueden llegar a gustarme mucho, pero de momento no han concebido un método interpretativo tan cool como el misterioso Nouveau Shamanic de Cage.

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miércoles, agosto 06, 2014

What if...

 STAR WARS: INFINITOS, publicado por Planeta DeAgostini Cómics, es un ómnibus coquetón que recoge tres series limitadas que en su día (entre 2001 y 2004) fueron publicadas en la línea Infinities de la editorial Dark Horse. Pero estas historias presentan una particularidad que las hace especialmente atractivas: en cada una de ellas se altera un acontecimiento significativo de un distinto episodio de la saga original de Lucas para a continuación ofrecernos una versión alternativa de lo acaecido en aquella galaxia tan lejana. Y el resultado  en absoluto resulta desdeñable.
  Podemos imaginar que los guionistas de estos tres tebeos ahora reunidos (Chris Warner se encarga de A New Hope, Dave Land de The Empire Strikes Back, y Adam Gallardo hace lo propio con Return of the Jedi) sabían perfectamente dónde se metían cuando aceptaron trabajar sobre materiales cinematográficos más que míticos: reimaginar los sucesos narrados en la intocable trilogía entrañaba su riesgo, pues la posibilidad de decepcionar al fan de toda la vida era considerable. Pero, afortunadamente, los cómics de este volumen recopilatorio funcionan, se encuentran entre lo digno y lo notable, e incluso de vez en cuando sorprenden con algún que otro hallazgo, que no es poco.
   Para quienes son más exigentes con la parte gráfica de un cómic –y es que hay que serlo, siempre-, hay que señalar que es posible que el tono general del dibujo de este volumen no arranque su aplauso, aunque esta es una opinión muy subjetiva que puede no ser compartida por todo el mundo. Personalmente no me sedujo el trabajo de Drew Johnson y Al Rio, dibujantes que se encargan del primer relato. Tampoco  logré conectar del todo con el arte que el italiano Davide Fabbri despliega a lo largo de la segunda historieta, donde se retuerce  bastante bien lo acaecido en The Empire Strikes Back (Irvin Kershner, 1980). Respecto al tercer cómic de este ómnibus, que juega con los acontecimientos vistos en Return of the Jedi (Richard Marquand, 1983), está en manos manos de Ryan Benjamin, Dan Norton y Juvaun Kirby. Habrá a quien le chirríe la combinación de estilos de estos tres artistas, pero a mí me pareció bastante atractiva. 
    El único problema que tengo con este STAR WARS: INFINITOS está relacionado con la reinvención de Return of the Jedi. Sus guionistas no debían de sentir un gran aprecio por los ewoks, ya que la presencia de estos en la citada historieta ha sido reducida drásticamente: apenas aparecen en un par de páginas, y en una de ellas casi son tan minúsculos que resultan inapreciables. Y qué quieren que les diga, a mí ese ninguneo me parece muy mal, porque aquellos animalitos se sacrificaron para que la libertad reinase en el universo creado por Lucas. Entiendo que concebir visiones alternativas puede permitir este tipo de jugadas, de licencias, claro, pero los entrañables nativos de la luna de Endor, que además eran caníbales, podrían haber dado mucho más juego en manos de guionistas menos inofensivos. Porque, veamos, ¿cómo habría terminado aquella trilogía si los ewoks finalmente se hubiesen comido a Luke y compañía? Eso sí sería un giro interesante. Pero supongo que los centinelas de Lucas jamás permitirían que algo así llegase al público.
Características de la edición: libro cartoné, 280 páginas, color/150 x 230/30 €/978-84-15921-25-7/ 10035572/ Entrega única/ Edición Original: Star Wars Omnibus Infinities.

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