domingo, septiembre 28, 2014

Drácula va a los toros

De entre todos los estrenos programados para el próximo mes (octubre), es sin duda Dracula Untold (Gary Shore, 2014) el que se lleva el premio al evento más prometedor, al menos en lo que a mí respecta. El tráiler no engaña: sus atractivas imágenes anuncian que esta superproducción de cien millones de dólares explota a su manera el camino ya recorrido por Francis Ford Coppola en el magnífico prólogo de su fastuosa, aunque discutible, adaptación de la obra de Bram Stoker. Además de ese detalle, y por si no fuese suficiente todo lo que el cine ha hecho con el icono vampírico, los responsables de este nuevo y precuelizado Drácula, siempre según lo que puede inferirse a partir de su avance, se han atrevido a ir un paso más allá al convertir al personaje, ahora con los rasgos de Luke Evans, en poco menos que una especie de superhéroe, casi un Batman sobrenatural que llegará a nuestras salas envuelto en un papel de regalo que ha sido diseñado con un ojo puesto en el estilo cinematográfico de Peter Jackson y otro en todo ese público que ha logrado que la sensacional Game of Thrones (2011- ) sea la serie más vista de la HBO. Nada que objetar: el film de Shore tiene aspecto de ser un entretenimiento ideal para desconectar la cabeza durante un par de horas, y eso es todo lo que necesito para darle mi dinero.
   La jugada comercial que nos propone este Dracula Origins está emparentada con anteriores reinvenciones, más o menos afortunadas, de criaturas ilustres relacionadas con el horror, como las que en su día realizó un inspirado y siempre festivo Stephen Sommers, quien tras conquistar al público con The Mummy (1999) y su secuela, The Mummy Returns (2001), se superó a sí mismo con su peculiar Van Helsing (2004), invento protagonizado por Hugh Jackman que oscilaba felizmente entre el homenaje a los monstruos clásicos y el despropósito absoluto. Admito que en su día digerí con dificultad aquel cóctel casi descerebrado, si bien años más tarde, gracias a uno de esos revisionados que suelen caer durante alguna insufrible cúspide del aburrimiento, logré conectar con su juego y sus no pocos aciertos, que también estaban ahí, como la sensacional banda sonora firmada por Alan Silvestri, los combates de Pressing Catch extremo entre bestias imposibles, o aquellos licántropos extraordinarios que siguen recordándome mucho a los que nos esperan en las ilustraciones del maestro Bernie Wrightson. No era poco.
    Volviendo a Dracula Begins, ¿es Luke Evans una buena elección para interpretar al incombustible bebedor de sangre? Siendo justos, no podemos negar que el tipo es indudablemente atractivo, propietario de una percha capaz de deleitar a damas y caballeros por igual, y sin duda resulta muy convincente en el papel de guerrero más o menos sanguinario, aunque no acabo de verle en la piel del legendario vampiro, no le veo carisma para defender ese castillo. Pero reconozco que mi opinión está condicionada por la comparación que inevitablemente, y como si de un acto reflejo se tratase, se establece con las versiones del mito servidas por titanes como Christopher Lee o Gary Oldman, que son memorables, icónicas, un par de sombras alargadísimas y con vida propia que pueden engullir con facilidad el esfuerzo de cualquier intérprete que se atreva a lucir capa y colmillos. Sea como fuere, intuyo que lo que haya hecho Evans en este Untold no será peor que la encarnación del parásito transilvano ofrecida por el bello e insulso Jonathan Rhys Meyers en ese Dracula televisivo que la NBC, con los números en la mano y mucho sentido común, canceló tras una primera temporada algo desnortada, que pretendía combinar demasiados elementos y no acababa de definirse.
   Drácula merece ser resucitado con la sangre de actores más dotados que Rhys Meyers o Evans, quienes pueden ser más útiles prestando sus servicios a otro tipo de causas. La grandeza de la creación de Stoker debería ser sólo manipulada por conspicuos profesionales de la interpretación, por genios capaces de deslumbrarnos con sus transformaciones en pantalla. Imaginemos por un momento lo que, por ejemplo, podría hacer con el personaje alguien como Javier Bardem. Cómo no, podemos sospechar que este jamás aceptaría participar en un producto como Dracula Untold, pero quizás sí se animaría a dejarnos estupefactos con su visión del infame conde siempre que esta pudiese llegar al espectador enmarcada dentro de una empresa más seria, elevada, algo así como la adaptación cinematográfica definitiva de la novela. Sólo entonces Bardem nos permitiría ser testigos de su Drácula excelso, deliciosamente ambiguo, brutal y sobre todo muy exótico. E imagino que nosotros, al concluir la proyección, nos pondríamos en pie para acto seguido aplaudir con entusiasmo, extasiados. Bravo. 

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miércoles, septiembre 10, 2014

PREDICADOR: RUMBO A TEXAS

Diantres. Mientras le echaba un feliz vistazo a Predicador: Rumbo a Texas (1 de 9, Ecc Ediciones, jul. 2014) me he percatado de algo que quizás debería preocuparme: tratándose de una obra tan especial para mí, es curioso que sea incapaz de recordar con precisión cómo llegué a tener conocimiento de su existencia, y esto me ha preocupado lo suficiente como para comenzar a pensar en tumores cerebrales inoperables o un futuro truncado por el alzheimer. Así soy yo. Y tras un serio intento de rescatar ese momento de mi memoria, a lo sumo puedo suponer que alguien con gusto y criterio me habló en su momento del cómic, o quién sabe si quizás pude llegar a descubrirlo tras leer alguna reseña sobre este en alguna publicación especializada. En fin, prefiero pensar que no se trata de un olvido tan relevante, que a mi cabeza no le pasa nada, y que lo que realmente importa es que, de un modo u otro, el predicador Jesse Custer y un servidor nos encontramos en algún momento del pasado.
Sí recuerdo que, una vez que tuve acceso al universo libre y salvaje de Preacher, ya no pude dar marcha atrás ni dejar de adquirir la serie, que a mi juicio, y digan lo que digan por ahí, es una indiscutible catedral del arte secuencial. Su enajenada historia y su saludable incorrección política (eso que cada vez abunda menos) capturaron con apenas esfuerzo al lector anormal que sin duda era yo en aquellos tiempos en que aún pagábamos con pesetas. Pero lo mejor es que, tantos años después, esta creación de Garth Ennis (guión) y Steve Dillon (dibujo), con prodigiosas portadas del maestro Glenn Fabry, sigue conquistándome como el primer día, pues su incontrovertible calidad, en todos los sentidos, supera por varias cabezas a muchas de las cosas que se publican en la actualidad. Habrá quien desee rebatir la anterior afirmación, pero ahora mismo no creo estar excediéndome con el elogio.
Si aún no has tenido ocasión de disfrutar de Preacher, ahora se te brinda una inmejorable oportunidad de subsanar esa grave carencia, ya que desde el pasado mes de julio, ECC Ediciones está reeditando esta obra mítica en nuestro país. Su flamante edición consta de nueve entregas, presentadas en formato cartoné, que están apareciendo con cadencia mensual y a un precio de 17,95 € (el volumen). Poco menos que un regalo si pensamos en el calibre de la obra que estamos tratando. ¿Es necesario añadir algo más?
Predicador núm 1 (de 9): Rumbo a Texas. Edición original: Preacher núms 1 a 7 USA / Fecha publicación: julio 2014 / Guión: Garth Ennis, dibujo: Steve Dillon / Formato: cartoné, 208 págs, color.

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