miércoles, diciembre 22, 2004

Varios

Salgo un rato de mi celda de aislamiento,a estas horas, para compartir un par de inquietudes vitales con todos ustedes.Ayer estuve hasta tarde combinando aficiones:lecturas y nuevas inmersiones en la subcultura televisiva,nueva demostración de que todos los tarados mezclamos lo sublime con otros materiales de derribo sin importarnos demasiado el daño irreparable que tal mezcla pueda causar en nuestras,ya de por sí,maltrechas mentes.La mía está cada vez peor.
Estos días estoy revisitando el prodigioso Watchmen de Alan Moore.Una relectura obligada,porque apenas recordaba detalles,poco más.Sigue siendo genial,sorprendente,una de las cumbres indiscutibles de la historieta.El argumento,el modo de presentar a los personajes,el estilo narrativo:perfecta.Me pregunto cómo han pensado adaptar el contenido íntegro de esta joya del cómic sin quedarse a medio gas.Me aterra pensar en los resultados de esta nueva adaptación cinematográfica.Aún no se sabe nada del reparto,pero el director elegido,Paul Greengrass,no me inspira confianza en el proyecto.

Llevo varios días esperando el aviso de correos para pasar a recoger The Tenant (El Quimérico Inquilino),mi película favorita de Polanski.La amo.En estos momentos debe de estar en alguna parte entre Madrid y esta isla.Presiento que está al caer

Tengo una copia en vhs de buena calidad,pero como ya he contado alguna vez mi reproductor falleció hace bastante.Como la película no está disponible en España en formato dvd,encargué que me la enviasen para así poder seguir disfritándola innumerables veces,que para eso están las buenas películas.
Casi olvidaba que almorcé con Román Piña en el Moka,ese templo de look bohemio,maravilloso.Espero que publique pronto Somos Feos,una de esas novelas que tiene escondidas en algún cajón,porque leí el primer capítulo hará un par de años y me dejó muy buen sabor de boca.Estuvimos intercambiando impresiones sobre lo último que habíamos leído.Palahniuk salió por ahí,últimamente resulta inevitable,pero es que nos encanta cómo escribe este paisano.Me recomendó que leyese Sangre a Borbotones,de Rafael Reig (Editorial Lengua de Trapo).Aquí os dejo un fragmento que he encontrado en la red.Promete.
"PARA PONER FIN a sus muchos sufrimientos, no sabía si abrazarle o descerrajarle un tiro, como al caballo que se rompe una pata. Era viudo, su hija había desaparecido, tenía los cristales de las gafas empañados y su traje, nuevo, valía menos que llevarlo a la tintorería. Por si no fuera suficiente, al cruzar las piernas, Leonardo Leontieff dejaba al descubierto una franja de pantorrilla lechosa, entre el calcetín y el pantalón.Aquello era repulsivo, pero una poderosa atracción gravitatoria me impedía apartar la mirada. -¿Es una adicta? -pregunté por fin.-¡No, no, qué va! No es ninguna yonqui. Lo está dejando -mintió.-Le creo, le creo -mentí a mi vez.Quise hacerle una pregunta: ¿Para qué quiere encontrarla, señor Leontieff? Los dos sabíamos que, fuera de un Precinto, las autoridades no tardarían en localizarla y entonces la neutralizarían genéticamente en los laboratorios de Chopeitia. Es la ley.Él habría querido hacerme también una pregunta: ¿Tiene usted hijos, señor Clot?Sí, pero..., en fin, era complicado: dieciocho años y nunca había oído la voz de mi hija.Como ninguno teníamos a mano una buena respuesta, nos miramos en silencio. Mis honorarios (cien al día más gastos y quinientos por adelantado) no le impresionaron. Me entregó un fajo de billetes unidos por una goma ancha y nos despedimos con un apretón de manos. Le dije lo que se dice siempre en estos casos, que encontraríamos a su hija, amigo Leontieff, que no se preocupara.Conté el dinero: mil pavos. Saqué la botella de Loch Lomond del archivador. La guardaba en el cajón rotulado H-P, en la letra I. De «Imprescindible».Solía serlo.Me eché un buen trago y fue como sacar la cabeza de debajo del agua. Era lunes, las once de la mañana y no estaba sobrio ni bien vestido, pero no me importaba que nadie lo supiera. Llevábamos una temporada volando bajito. En aquella época aún compartía oficina y secretaria con Dixie Dickens-Lozano: tres habitaciones en la planta 13 de las Torres Colón y una morena casi sin tetas que siempre estaba enderezándose las costuras de las medias. Respondían a los nombres, respectivamente, de: Dickens & Clot Ltd. Investigaciones y Suzanne Koebnick. En general, Dix hacía adulterios y yo me encargaba de las desapariciones. Suzie-Kay preparaba café, pasaba informes a máquina y de vez en cuando una escoba, y atendía el teléfono y a las visitas. A veces nos relevaba en seguimientos complicados, realizaba vigilancias y obtenía información utilizando identidades ficticias.Frente a mi ventana se alzaba la siniestra pirámide de Chopeitia Genomics, el edificio más alto de Europa y el mejor protegido del hemisferio. Acodado en el alféizar, veía los veleros amarrados en el puerto y el transbordador de bicicletas que unía Génova con Goya. El Canal Castellana atravesaba la ciudad de norte a sur y ya se había convertido en la principal vía de comunicación entre el centro y el resto de la península. También era un lugar apropiado para depositar a los sabihondos, los entrometidos, los deudores y los bocazas, todos con sus correspondientes zapatos de cemento. La policía lo dragaba cada pocos meses, lo que resolvía aproximadamente la mitad de los casos de desapariciones que teníamos pendientes.Aguas arriba se encontraban los puertos deportivos de los chalets de los Recintos; Aravaca, Pozuelo, Puerta de Hierro: viviendas blindadas y jardines con estanque, como la de Cristina y el vil valenciano, donde estaba mi hija. Hacia el sur la ciudad latía como una herida infectada. Casi podía sentir la inflamación, la fiebre y el olor a pus, dulce y deletéreo, brutal y embriagador como el de las orquídeas o el de la carne que se descompone. Los días claros columbraba el muelle de carga de Puerto Atocha, las esqueléticas grúas y la sombra de la alambrada del primer Precinto, donde los adictos esperaban la muerte y trataban de entrar en calor quemando neumáticos. Daban verdaderas ganas de beber: no digo más."

6 comentarios:

Blogger Unknown ha dicho...

La vecinita me trae a tu blog...

Gracias por las recomendaciones...espero conseguir "Snagre a borbotones" de este lado del mapa...tu sabes esto de las distancias...

Saludos

Pieladentro

10:20 a. m.  
Blogger La-Ruina ha dicho...

Anda,Mexico DF.Flipo con las visitas que llegan de rebote.
Un saludo.

11:19 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Para ser la ruina de la famila querido, tus gustos literarios y tus gustos de cinefilo, me sorprenden.
Y con respecto a las adapataciones de los comic y sus
heroes a la gran pantalla, a mi personamente casi siempre me decepcionan, lo mismo que los libros, pocos se salvan de una buena adaptacion libro-pelicula.
lavecinita

2:10 p. m.  
Blogger Rakele ha dicho...

Echaré merienda y leeré el post con más tiempo...

6:04 p. m.  
Blogger Cisne Negro ha dicho...

Watchmen es uno de esos comics "definitivos". La adaptación, sin duda, será un truño espectacular, porque un cómic que reflexiona sobre los mismos cómics es algo que los guionistas de Hollywood no van a entender.

10:25 a. m.  
Blogger Rorschach ha dicho...

Hurm...

6:26 p. m.  

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