Naranjas

C ha vuelto a preguntarme de dónde he sacado el dinero para viajar y gastos adicionales. No recuerdo qué le conté cuando vino a recogerme al aeropuerto, pero hoy le he respondido que mi recién adquirida holgura económica es fruto de un siniestro negocio estival: la venta ilegal de naranjas en las playas de mi isla natal. A continuación le he dejado claro que bajo ningún concepto pienso revelarle mi fuente de ingresos. Hay cosas que es mejor dejar en el aire. Un gran ejercicio de suspense por mi parte.

La Ruina cumple hoy su primer año de vida. No soy amigo de las celebraciones propias, por lo que paso directamente a agradecerles de corazón sus visitas y opiniones, sin las cuales esto no sería lo mismo. Si la CIA no lo impide, seguiremos así durante mucho tiempo.