¡Viva el mando a distancia!
Anoche,jugueteando con el mando a distancia (y no,malpensados,esto no significa que estuviera metiéndomelo por el culo), pillé de milagro en el Canal 18 uno de esos clásicos bastardos del fantastique de los 80,Re-Sonator (From Beyond,1986).Mi padre,que estaba conmigo en el salón,extraña unión de teleadictos que sólo se da una vez cada 15 meses,estaba horrorizado no sólo con el desfile de bestias lovecraftianas que sus ojos presenciaban,sino también por cómo su hijo,sumergido en los abismos del frikismo,disfrutaba con el festival de atrocidades en pantalla.
Re-Sonator es muy inferior en resultados a la anterior película de Stuart Gordon,Re-Animator (Re-Animator,1985),una de las obras cumbre del género,pero recuperaba a dos de los intérpretes de ésta última para su nueva apuesta cinematográfica:el increíble Jeffrey Combs,cuyo rostro es inevitable asociar al suero fosforescente,y la sensual Barbara Crampton,a la que vestiría en esta ocasión con indumentaria sadomaso para delirio de sus fans,formaban de nuevo pareja enfrentados al Re-Sonator del título que les complicaba la vida,y de qué modo.En la aventura estaban acompañados por Ken Foree,otro de esos rostros reconocibles para el fan del género.Re-Sonator es una de esas pelis que se revisitan con nostalgia,donde la tradición de fx sigue aguantando el tipo ante la nueva era de monstruos y demás creaciones digitales.No importa demasiado que algunos efectos se revelen ahora como toscos,pues,en conjunto,la película sigue funcionando a pesar de los años.
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