Diverchupa

Otra vez lunes,qué horror.Es un día con el que no puedo,que me mata,y eso que no tengo obligaciones que atender,como todos ustedes.Es la gloria del parado,que incluso estando varado en un estado crónico de inmovilidad laboral que se extiende a todas las esferas de su ser,diezmando gravemente su estado anímico,los lunes,al menos,no tiene que madrugar para ir al curro,algo que,dentro de lo terrible del asunto,no está del todo mal.Una lástima que no compense todo lo malo de la situación,que no es poco.Otro de los factores positivos de estar condenado a no dar palo al agua,y que los demás crean,sin embargo,que tu intención es vivir del cuento,es que dispones de todo el tiempo del mundo para invertirlo en lo que más te plazca.Yo procuro absorber todo el conocimiento que me sea posible mientras tenga la posibilidad de disfrutar de todo este tiempo libre.Conocimiento,dicho sea de paso,que no me servirá de nada en el mundo exterior.Estas cosas son así.Ahora estoy con los clásicos rusos de la literatura,puedo ver varias películas al día,escribir,mantener al día este blog que es de todos,y a veces incluso sexear.Hoy,sin ir más lejos,he revisado esa joya del cine titulada Punch Drunk Love(Embriagado de amor,en nuestro país),de Paul Thomas Anderson,genio del cine que suele dar en el blanco cada vez que rueda una película.Es mi favorita de todas sus obras,muy por encima de otras como Boogie Nights o Magnolia.Quizá sea porque me siento increíblemente identificado con el Barry Egan interpretado por un Adam Sandler que se sale en su contención.Barry Egan,yendo de un sitio para otro con su traje azul,con rictus de estar esperando que le den un puñetazo al doblar la esquina,metido en un lío tremendo por culpa de la línea erótica.Un tipo inusual capaz de descubrir en la promoción de una marca de natillas el error de marketing que le permitirá viajar gratis por medio mundo y que logrará huir de una existencia mediocre gracias al amor en la comedia romántica más brillante,marciana y original que se ha visto en años en una pantalla de cine.Todo esto,un harmonio abandonado en plena calle,el "diverchupa" y mucho más en sólo 95 minutos,duración perfecta que se agradece en unos tiempos invadidos por producciones de metraje eterno.¿Que no la han visto aún? Ya están tardando.