Tacones de aguja
Tengo un sueño delirante que compartir con ustedes. Robert Rodríguez al teléfono. Hablamos de los últimos estrenos, intercambiando impresiones sobre lo que más nos ha gustado, sin perder el tiempo con lo que nos ha aburrido. Le pregunto si ya ha visto Hank, el nuevo biopic sobre la vida de Charles Bukowski, y coincidimos en que está realmente bien. Luego, y no me pregunten por qué, le recomiendo que vea El Caballero del Dragón. Le cuento el argumento, hablándole de paso de Miguel Bosé, con quien sueño con una frecuencia preocupante. Es una película muy original, Robert, si algún día tienes ocasión de verla no te la pierdas porque contiene verdaderos apuntes de inspiración, y mientras le digo esto reparo en la férrea convicción con que hablo. Recuerdo que cuando la vi, hace un par de décadas, como mínimo, sufrí un shock tras el cual comencé a tener la necesidad de afeitarme diariamente. El traje de astronauta que allí llevaba Bosé era maravilloso, no tanto los pitidos que su personaje emitía para comunicarse, pero en general la película está muy bien y resulta de lo más interesante, trascendiendo el estadio de la rareza fílmica en que suele ser catalogada. Veamos, ¿es que a nadie se le ha ocurrido hacer una serie inspirada en la película de Colomo? De ahí podría salir un producto de lujo, de verdad. Vale, se me acaba de ocurrir a mí, pero entenderán que no está al alcance de mi mano dar cuerpo a esta idea. Ya me gustaría.
Corte abrupto a una secuencia completamente diferente, los sueños funcionan así. Ahora camino por Gran Vía, bajo un estival sol abrasador. De pronto me cruzo con Louis de Funès. Pero ¿este tío no llevaba muerto la tira de años? Entablamos una conversación mutante en la que yo abro fuego perorando sobre la indusable influencia que Bowie tuvo en el Bosé musical de los ochenta. Qué grande es Bowie, también Bosé, a su manera. De Funès me sorprende tarareando Amante Bandido con un marcado acento francés. Imagino que ahora mismo alguien está pensando en alguna parte que escribir esto es mancillar la memoria del insigne actor galo. El sueño toca a su fin. Como siempre es aquí donde entra la banda sonora. En esta ocasión suenan los Devo, su temazo para la peli Doctor Detroit, de cuando Dan Aykroyd estaba instalado en la cima del éxito. Me pregunto por qué no suena la sensacional versión que del Satisfaction de los Stones se marcaron en su momento. En el suelo, De Funès gira sobre su cabeza en una inesperada demostración de breakdance, y en ese momento ya no entiendo absolutamente nada de cuanto sucede, limitándome a aplaudir. Qué bien le quedan a Bosé los tacones de aguja. También a mí.
10 comentarios:
Me da que es usted un poco...
¿Travesti?
Si me viese subido a mis tacones, perdería usted la cabeza.
Realmente creo que deberías plantearte seriamente el dejar de dormir... esos sueños con demasiado en todos los aspectos...!!!
tío, tú te estás tirando un farol de la leche!!!! escuchaste a Bosé decir q era trisexual y pretendes q nosotros sospechemos eso de ti.........ummmmmm yo q tú, me lo haría mirar....
¡Qué bien me quedan!!!
Ya sé qué regalarle para su cumpleaños.
Que sean unas medias de rejilla.
Las fans no suelen tolerar la homosexualidad en sus admirados, se lo advierto!!
No tengo intención de homosexualizarme. De momento.
...y dice ud. que sueña mucho con Bosé?...Uhmmmm....ya...y hace ud. flexiones a diario?...Si me dice que entiende de vinos y le gusta la rúcula está claro...
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio