Stephen King
Parece imposible librarse de la maldita lacra de los teléfonos móviles, que siguen y siguen sonando en mitad de las proyecciones. Que sí, que ir al cine será un placer, una experiencia social, todo lo que quieran, pero por desgracia también supone enfrentarse a la absoluta falta de educación de un número de gente mayor de lo deseable. A nadie debería extrañar que siga subiendo el índice de espectadores que optan por ver las películas en casa, ahorrándose toda clase de agentes externos que puedan interferir en la experiencia cinematográfica. No me sorprende que, de vez en cuando, el mísmisimo Stephen King compre todas las entradas de una sesión con el fin de ver una película sin jodiendas.
4 comentarios:
Hay públicos y públicos, no es lo mismo los dañinos comentarios de un grupo de catetos que los magistrales chascarrillos que pueda aportar un jubilado de vuelta de todo. Por otra parte no hace falta ser Estifen Quin para ir al cine a solateras, para eso está, las sesiones matinales en tercera semana después del estreno de cualquier film.
Un saludo.
Me parecen tan dañinos unos como otros, Pablo. Personalmente me quedo con ese público que sabe ver una película sin tener que abrir la boca.
Por otro lado, piensa en la gente que no puede disfrutar de sesiones matinales.
También puedes pensar en las provincias que no cuentan con sesiones matinales.
¡Un saludo!
Sinceramente va tan poca gente al cine, que muchas veces no hace falta comprar todo el aforo para ver una pelicula totalmente solo.
De todas formas, como acto poetico, me parece enorme.
Un "Shut the fuck up!" al más puro estilo John Goodman, y listo.
Saludos.
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