A veces le metería el clarinete por el culo

Hoy sonó de nuevo el móvil.Estaba en la cama,pero la curiosidad o la inercia me han hecho contestar.Era una conocida de cuando iba al instituto, cinéfila a morir,algo pedante en sus opiniones cinematográficas (demasiado,pero se le perdona el defecto cuando le miras las tetas,muy bien puestas),preguntándome si me apuntaba a ver la nueva de Woody Allen,Melinda y Melinda.Le he agradecido el detalle de acordarse de mí,seguramente porque no tenía nadie mejor a mano,y declinado la oferta de soportar otra película de Woody,la misma de cada año,en realidad.Ni siquiera siento curiosidad por ver cómo se desenvuelve Will Ferrell en el rol de alter ego del director judío.No sé cuándo empecé exactamente a aburrirme de Allen,pero su cine de ahora tiene mucho que envidiarle al de sus comienzos.Si ves Delitos y Faltas y a continuación La Maldición del Escorpión de Jade,el desgaste de su talento se hace más que evidente.Hace ya unas quince películas que su obra comenzó a antojárseme insoportablemente repetitiva.Detesto Manhattan,y no dudaría en quemar gran parte de su filmografía,sin pestañear.Del tipo que creó joyas como El Dormilón,Zelig o Hannah y sus hermanas sólo quedan los restos,mantenidos artificialmente por una legión de incondicionales incapaces de ver más allá de su cine.