Hágalo usted mismo

Lo que viene a continuación es rigurosamente cierto. Acabo de leer en sucesos que el pasado fin de semana falleció un sujeto en Palma tras inyectarse silicona en el pene. Debió de pensar que la jugada le ayudaría a aumentar el tamaño de su miembro, y, ni corto ni perezoso, se puso a ello. En vena y con aguja hipodérmica. Cuando el tipo, por iniciativa propia, llegó al hospital, ya era demasiado tarde, pero aún tuvo tiempo para aterrar a los doctores con la narración de tan singular proeza, sin precedentes conocidos según la experta opinión de los especialistas consultados. Parece ser que la silicona recorrió varias arterias hasta llegar a una que obstruyó, provocándole esto a nuestro autodidacta de la cirugía plástica un trombo embolismo pulmonar que puso fin a su existencia tras dos días de agonía en la UCI. O lo que es lo mismo: sus complejos y una obvia tendencia a las manualidades lo mataron.