Bajo Aguas Zetosas

por Veronique

La película, basada en la novela de Matthew Costello, es un regreso a la temática de ribetes lovecraftianos que tanto gusta a Brian Yuzna, quien, partiendo de una buena premisa a la que sus guionistas logran sacar escaso partido, vuelve a ofrecernos una lección de cómo no hacer una película de terror. Sí aterra el imposible doblaje que se cierne sobre la cinta, capaz de restar credibilidad al ya de por sí delirante conjunto.

Entre el internacional reparto encontramos, además de a la valiente Meroño, abonada a los productos de la Factory y lejos de una carrera normal, a gente como Manuel Manquiña, pasadísimo de rosca en su papel, y al excelente José María Pou, perdido en un trabajo que le suponemos alimenticio.

Con una atmósfera que destila casposidad zetosa, Beneath Still Waters se deja ver, aunque con dificultad. Sin alcanzar los niveles de patetismo de los últimos trabajos del director, como Beyond Re-Animator o Rottweiller, esta historia de terrores subacuáticos es un entretenimiento más bien torpe que, por ello mismo, puede resultar incluso divertido para los amantes del cine de bajísima definición.