Fesser, Fesser, Fesser...

Entre tanto, parece que la controversia generada por la cinta de Javier Fesser sigue engordando gracias al cruce de acusaciones entre un indignado Opus Dei, una familia lamentablemente herida en su pundonor y un director, a mi juicio oportunista, que parece creerse en posesión de la verdad, o ésa es la impresión que se desprende de sus recientes declaraciones. Un asunto bastante triste, injusto para algunos y deplorable por parte de otros. Pero sobre todo se trata, no nos engañemos, de una magistral lección por parte de Fesser sobre cómo alimentar una disputa con el fin de ganar toneladas de publicidad gratuita para un producto cinematográfico. Triste.
3 comentarios:
bravo Ruina, has dado en el clavo.
Siguinoder.
Así se habla, maldita sea
Tonto.
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