Quiero un video

Me he dado cuenta de que muchas cosas no tienen la importancia que pensaba y que podemos sustituir a unas personas por otras nuevas sin que se caiga este mundo en el que a nadie parece importarle nada. Cuando una relación se convierte en un reproche continuo es mejor dedicarse a otra cosa. Por eso estos días he resuelto centrar mi miserable existencia en un nuevo objetivo: buscar desesperadamente el ocio que se lleve volando el desasosiego que crece en esta puta cabeza llena de pájaros que tengo sobre los hombros, muchas veces de adorno. La situación es de total gravedad, pero ahora mismo sólo sé que necesito un video urgentemente, porque tengo algunas películas en vhs que me apetece volver a ver, como If... de Lindsay Anderson, o El Quimérico Inquilino, de Polanski. Necesito ese video más que mantener relaciones sexuales con todas las mujeres que pasan por delante de mis ojos. Por lo demás, no ha sucedido estos días nada de auténtico interés, y si lo ha habido, no me fijé lo suficiente como para advertirlo.