Buen viaje, Luqui

Este es el tipo de cosas que me dejan sin ganas de nada. Cuando desperté esta mañana la noticia de su prematuro fallecimiento me ha dejado consternado, paralizado, frío. Ha sido despertarme y salir de la cama para volver a ella casi de inmediato, tal ha sido el impacto. Albergaba esperanzas de que se recuperase pronto del coma en que estaba sumido para retomar su labor tras los micros con la energía que le caracterizaba, pero el destino ha querido que nuestro querido Joaquín Luqui se nos fuese esta pasada madrugada. Dudo que alguien no sintiese simpatía por este entrañable hombre de carácter afable y cabello vaporoso, y no sé a vosotros, pero a mí me está costando horrores hacerme a la idea de que no volveremos a ser ilustrados desde la radio por su singular e imitadísima voz, ni a sonreír escuchando sus conocidas muletillas radiofónicas. Más que dejarnos, nos lo han arrebatado, y es que 57 años no son nada. Casi una pérdida familiar.