Hablemos de Preacher

Releo estos días Preacher, esa piedra preciosa del arte secuencial contemporáneo producto de la unión del guionista Garth Ennis, una pluma cargada con veneno de crótalo, y el dibujante Steve Dillon, propietario de un genio gráfico de gran calibre; un par de talentos que durante la concepción del retoño que tantas satisfacciones les ha dado debían de encontrarse en un envidiable estado de gracia que derivó en feliz maternidad creativa.

Cuando compré mi primer ejemplar de la serie lo hice movido, acaso abducido, por una espectacular y apocalíptica portada de Glenn Fabry que parecía cobrar vida para invitarme a hojear el volumen, algo que por supuesto hice, y sin apenas saber nada del argumento me lo llevé a casa para descubrir que acababa de hacer una de las mejores compras de mi vida en cuanto a materia de cómics se refiere; lo que encontré en el interior de aquel ejemplar me pareció tan bueno que pasé a convertirme ipso facto en un adicto sin cura posible a las aventuras del reverendo Jesse Custer, alguien capaz de cruzar Norteamérica de punta a punta con la determinación de encontrar a Dios para pedirle explicaciones y quizás ajustar cuentas.Si a este atrevimiento próximo a lo blasfemo sumamos la compañía en su viaje de una antigua novia metida a asesina a sueldo, un vampiro irlandés prácticamente irreductible y con debilidad por empinar el codo y el espectro (o quizá el producto de una infancia traumatizada) de John Wayne, el resultado no nos dejará otrá opción a elegir que la rendición incondicional ante las virtudes indiscutibles de esta obra magna del noveno arte que difícilmente podrá ser superada,tal es la altura a la que sus autores han dejado el listón.Naturalmente, algo tan grande no podía pasar desapercibido a ojos de la fagocitadora industria cinematográfica y desde hace unos años tenemos conocimiento de un proyecto de adaptación a la pantalla grande que parece no levantar el vuelo,pero sigue ahí, con Rachel –Tank Girl- Talalay confirmada como directora del evento y James -Cíclope- Marsden como protagonista, joven intérprete que no me disgusta como profesional, pero que ni de lejos da el tipo para ponerse el alzacuellos de Custer. Nos queda el consuelo de saber que Ennis firma el guión, lo más parecido a una garantía de que el resultado final se mantendrá fiel al original,pero que tampoco asegura que esté a su altura, algo que pocas veces se da en este tipo de empresas.Es cuestión de paciencia,y a ver qué sale de todo esto.