El Síndrome de Svensson, tal como reza desde su póster, es una disparatada aventura llena de absurdos personajes, por lo que no esperen encontrar más de lo que su director,
Kepa Sojo, ha pretendido darnos. Hay una clara intencionalidad por divertir, sin pretensiones, sin más, porque sí, con las road movies salvajes como principal referente y el kitsch patrio, tan petardo y hortera, a flor de piel. Pero, como ya les digo, sin problemas, que de eso se trata, de entretener sin más al personal.
En su reparto coral podrán encontrar más de una cara conocida, todos ellos entregados a personajes esperpénticos. El gran
Pepe Sancho, entre otros, está ahí, enorme. Pero es que
Pepe lleva años jugando en ligas superiores.
Pepe no es de este mundo, es más grande que la vida.
Pepe es
Galactus.