
Es un buen momento para preguntarse dónde está
Ana Belén. Hace unos meses tuve ocasión de escucharla en una entrevista mano a mano con
Andrés Arconada, esa prímula de pluma desganada, y las arcadas que me provocaron fueron de órdago. Casi creí abortar, pero por suerte la cordura me hizo recordar que aún no he decidido ser madre y parir a un pequeño nazi aficionado al cine de
Mariano Ozores.