 Montero Glez
 Montero Glez, un escritor de verdad, parece enloquecer cada vez que alguien recuerda que existe un invento llamado 
Nocilla, tan de moda últimamente en lo literario. Sin ánimo de exagerar, parece que la 
Nocilla es para él lo que el alcohol para 
Roger Rabbit. Los efectos son similares. La parte negativa del asunto llega cuando el literato opina abiertamente sobre la obra de 
Agustín Fernández Mallo. Que está genial lo de ser sincero, claro, pero queda infinitamente mejor cuando uno no pierde los papeles. Por cierto, que cada vez que me chupo un episodio de 
Prison Break me acuerdo mucho del autor de 
Pólvora Negra, que guarda algo más que un discreto parecido con 
T-Bag, villano televisivo de altura. Qué juego da el hijoputa. Como 
Montero.