martes, agosto 26, 2008

Nocilla Glez

Montero Glez, un escritor de verdad, parece enloquecer cada vez que alguien recuerda que existe un invento llamado Nocilla, tan de moda últimamente en lo literario. Sin ánimo de exagerar, parece que la Nocilla es para él lo que el alcohol para Roger Rabbit. Los efectos son similares. La parte negativa del asunto llega cuando el literato opina abiertamente sobre la obra de Agustín Fernández Mallo. Que está genial lo de ser sincero, claro, pero queda infinitamente mejor cuando uno no pierde los papeles. Por cierto, que cada vez que me chupo un episodio de Prison Break me acuerdo mucho del autor de Pólvora Negra, que guarda algo más que un discreto parecido con T-Bag, villano televisivo de altura. Qué juego da el hijoputa. Como Montero.

miércoles, agosto 13, 2008

Daikiris

Finalmente he tomado la decisión de no prestarle demasiada atención al cine patrio durante un tiempo. Viendo lo escasamente productivo que es para mi cordura mental seguir deglutiendo según qué títulos, mejor pintarse las uñas y tomar daikiris mientras me bronceo. En su lugar, y para suplir la falta de veneno cinematográfico, invertiré mi dinero en seguir disfrutando del casi siempre saludable cine yankee.
Si por el camino sale al paso algún título autóctono que realmente valga la pena, se hará un esfuerzo con tal de ver qué se cuece por aquí. Siempre con exquisita prudencia, por supuesto.