lunes, julio 23, 2007

Noches Transarmónicas

Velasco Broca
Noches Transarmónicas, el acariciado proyecto de Velasco Broca (La Costra Láctea, Kinky Hoodoo Voodoo, Avant Pétalos Grillados), podría hacerse realidad. Así lo aseguró el productor español Cormac Regan en el último Festival de Cannes, enclave elegido para dejar caer la noticia. La película, actualmente en fase de desarrollo, sería la comunión entre los universos de Broca y Nacho Vigalondo, amigos y singulares cineastas que co-escribieron el guión expresamente para que fuese dirigido por el primero.
Definida como una historia de ciencia-ficción romántica, Noches Transarmónicas es, sin exagerar y al menos sobre el papel, el proyecto más apasionante de los últimos treinta años de nuestro cine. Como sabéis, aquí no destripamos argumentos, pero una película con alienígenas armados con pistolas de rayos y un dios-pulpo merece llegar a la pantalla y regalarnos a todos una dosis mortal de entretenimiento y asombro.

viernes, julio 13, 2007

¿La humanidad en peligro?

Por Ray Harryhausen III

Hace años leí un divertido artículo de Asimov. Y bueno, me apetece hablar de él.

Partamos de la pregunta "¿Puede ser una cucaracha tan grande como una persona?" En las películas de los años 60 de serie B era normal ver insectos gigantes. Pero Asimov tiene una idea de la ciencia ficción más rigurosa que la de una persona corriente...al igual que una persona leída diría de La guerra de las galaxias "¡Pero si en el espacio no se puede oír nada!", Asimov diría de Parque Jurásico "¡Pero si no ha mencionado el problema del Fosforito de Cloro en la clonación!" y para él sería un error inadmisible.
Y bien, ¿qué afirma Asimov sobre las hormigas del tamaño de personas? Pues Isaac dice que nanay. Que es imposible. Y su primer argumento para demostrarlo es muy curioso.El primer argumento de Asimov es que las patas no soportarían su propio peso, y ese argumento es curioso porque mucha gente diría: "no...si la hormiga crece proporcionalmente, entonces las patas le soportarán tenga el tamaño que tenga, porque al igual que aumenta el peso de la hormiga, crece el grosor de las patas. Todo va en proporción." Pues Asimov dice que no. Y lo demuestra nada menos que matemáticamente. Es curioso, las mates están en los lugares más insospechados. Pues bien, la matemática demuestra que el razonamiento de la proporción es totalmente falso. El secreto de la cuestión es que si aumentamos proporcionalmente el peso de la hormiga manteniendo la forma, la superficie no aumentará proporcionalmente. Si aumentamos la superficie manteniendo la forma, el peso no aumentará proporcionalmente. Es imposible guardar las proporciones de las 3 cosas a la vez.
Vamos a explicarlo de forma sencilla: Pensad en un cubo. Ese cuadrado mide, de lado, 1m. Su superficie es de 1m cuadrado (1*1) por 6 (cada cara del cubo), igual 6 m cuadrados. Su volumen será de 1 metro cúbico (1*1*1). Pues bien, ahora procedamos a aumentarlo. Vamos a hacer que tenga de lado 2m. Ahora su superficie será de 4m cuadrados (2*2) *6, igual a 24 m cuadrados. Su volumen será de 8 metros cúbicos (2*2*2). Eso quiere decir que si multiplicamos el volumen por 8 (hemos pasado de 1 m cubico a 8), la superficie se habrá multiplicado por 4 (hemos pasado de 6 a 24). En pocas palabras, el volumen crece más rápido que la superficie. Si lo pensáis, es sencillo descubrir por qué. Basta en comprender la noción de metros cuadrados y cúbicos. La superficie aumenta al cuadrado (2*2), y el volumen, al cubo(2*2*2). Y bueno, en este punto os diréis "¿Y por qué son tan importantes el volumen y la superficie?"
Muy sencillo. Hablar de volumen es prácticamente lo mismo que hablar de peso. A más volumen de hormiga, más pesa la hormiga. Por lo tanto, el peso aumenta al cubo."¿Y la superficie?"
Bien. ¿Por qué creéis que pincha más una aguja de jeringa que una punta de boli?. Aplicando la misma fuerza, la aguja se clava más. Esto es así porque la fuerza se "concentra" en un punto pequeño. Es decir, en una superficie pequeña. Es la idea de presión. Cuanto más pequeña la superficie de contacto, mayor presión habrá que soportar.Y entonces, pasamos a las patas. Las patas, cuanto menor tengan la superficie de contacto con el suelo, mayor presión tendrán que soportar.Y ¡Voilá! ya cuadra todo. El peso que tiene que aguantar la superficie de las patas crece más rapidamente que esta última. Y la hormiga haría "cataplof" y se desplomaría.
Ahora ya sabéis por qué los insectos tienen las patas finas y los elefantes gruesas. Es una cuestión de economía de materiales. Es la idea "profunda" de ese artículo: los animales tienen el tamaño que han de tener. No es una cuestión de azar. No da lo mismo un tamaño que otro. Los mamíferos son grandes, y los insectos, pequeños. No podría ser de otro modo.
Y hay otra cosa más: el tamaño también influye en muchas más cosas, por ejemplo la temperatura. Y el argumento es tan curioso o más que el anterior. ¿Por qué los animales pequeños tienen sangre fría y los grandes caliente?
Resulta que el maravilloso argumento del volumen y la superficie también se aplica a cuestiones térmicas. Vosotros sabéis que un plato pequeño se enfría antes que uno grande: a mayor peso, mayor conservación de temperatura. Y vosotros sabéis que cuanto más plano sea el plato, antes se enfría la sopa: a mayor superficie, menor conservación de temperatura. (Por eso los elefantes tienen las orejas grandes y los perros abren la boca cuando tienen calor: están aumentando su superficie para perder más calor) Así que la diversión está asegurada: cuanto más grande sea el animal, mayor volumen y menor superficie en comparación, así que mayor conservación de temperatura.
Hablemos de la sangre caliente: la sangre caliente es como tener una estufa incorporada. Lo podemos llamar "habilidad de auto-estufa". De la energía que comemos, creamos calor. Los reptiles no tienen eso, y sacan la temperatura tostándose al sol de tanto en tanto, buscando el calor.
Y ahí está lo divertido. A los animales grandes, que pierden calor lentamente, les sale a cuenta tener la habilidad auto-estufa. Los animales pequeños no pueden. Tendrían que meterse una cantidad enorme de energía al día para compensar la que perderían en forma de calor. Tendrían que comer a super-velocidad.
Y ahora sabéis, de paso, por qué los ratones y los colibrís comen y se mueven tanto. Y por qué los leones, las personas y los osos son tan vagos.