Uno de los nuestros
Guardians of the Galaxy (James Gunn, 2014), la última apuesta de Marvel para continuar con su conquista de las pantallas del planeta, se ha convertido sin demasiado esfuerzo en el blockbuster más celebrado del verano. El éxito de la película suma una muesca importante en la culata del revólver cinematográfico de Gunn, y un nuevo logro a la rutilante trayectoria del estudio que le contrató, el cual, con esta primera aventura intergaláctica protagonizada por adorables outsiders, se renueva, amplía su público y promete un futuro repleto de sueños extraordinarios. Sospecho que Warner y DC tendrán que hacer un esfuerzo ímprobo si con sus próximos proyectos superheroicos pretenden llevarse una porción del suculento pastel que actualmente pertenece a la mítica Casa de las Ideas.
Considero que cargan las tintas quienes afirman con convicción que Guardians of the Galaxy no es una obra de autor, como si acaso, durante el desarrollo del film, Gunn hubiese tenido que postrarse continuamente ante las innegociables pretensiones de los severos centinelas que, según dicen por ahí, dirigen el corazón de Marvel. Y qué quieren que les diga, donde algunos, tan perspicaces, han detectado autocensura y servilismo, yo sólo he logrado ver, una vez más, el enorme talento de un travieso realizador que, además de divertirse muchísimo con los holgados recursos económicos que en esta ocasión ha tenido a su alcance, ha sabido inocular su particular veneno en una producción costeada por la todopoderosa Disney. Tal y como yo entiendo las cosas, no todos los días tenemos la suerte de disfrutar de un blockbuster mágico, casi a la antigua usanza, como el que Gunn le ha regalado al público en esta ocasión. Por cierto, ¿soy el único que piensa que, en esta película, el rostro de Thanos recuerda mucho al gran Brian Dennehy? Especialmente al sonreír.
Por supuesto, es inevitable anticiparse, preguntase por qué derroteros transitará en lo sucesivo la carrera de Gunn, ahora que ha demostrado, y de qué modo, que, amén de concebir con garbo largometrajes como Slither (2006) o la superlativa Super (2010), también puede ser un eficaz realizador de superproducciones de corte familiar, hecho que con seguridad habrá provocado que, en estos momentos, su apellido esté sonando con fuerza en los principales despachos de Hollywood. ¿Abrazará Gunn el mainstream antes de ser devorado por la industria? ¿O quizás se acomodará entre los cojines de los grandes presupuestos para alternar, a su gusto, divertimentos ciclópeos con proyectos más personales? Esta última, sin duda, sería la opción ideal para el director, pero es demasiado pronto para aventurar nada. Por ahora lo único que sabemos con certeza es que el señor Gunn, tras el merecido triunfo del primer título de los intrépidos guardianes, se encargará de su secuela, que ya cuenta con fecha de estreno en el horizonte: 28 de julio de 2017. ¿Una espera demasiado larga? Es posible, pero hasta entonces podremos calmar nuestra impaciencia gracias a otros cuatro títulos de la factoría marvelita: Avengers: Age of Ultron (Joss Whedon, 1 de mayo de 2015), Ant-Man (Peyton Reed, 17 de julio de 2015), Captain America 3 (Anthony y Joe Russo, 6 de mayo de 2016) y Doctor Strange (Scott Derrickson, 8 de julio de 2016). Hay que admitir que Kevin Feige y su gente saben cómo impedir que nos aburramos. Y nostros, encantados, les entregamos el contenido de nuestras carteras.
Etiquetas: Almodóvar está de fiesta, Ant-Man, Avengers, blockbusters, cine mágico, Doctor Strange, James Gunn, Marvel, outsiders, Super
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